martes, 2 de noviembre de 2010

cuadro comparativo: evolucion de la narrativa alemana,norteamericana,francesa e inglesa contemporanea

ALEMANIA  Un fenómeno que ya está perdiendo su brillantez tiene su centro en el sur de Alemania y Austria. Se trata del Postmodernismo y aún más del fenómeno literario de la novela postmoderna. Autores importantes son Oswald Wiener, Hans Wollschläger, Christoph Ransmayr, Walter Moers y Marlene Streeruwitz.
Los autores de ciencia ficción de Alemania más conocidos son Andreas Eschbach y Frank Schätzing. El escritor de novela negra más importante es Peter Schmidt. De la literatura pop hay que mencionar entre otros a Christian Kracht (Faserland), Benjamin von Stuckrad-Barre (Soloalbum) y Rainald Goetz (Irre).
Desde la década de 1990 han ganado en importancia en el área de lengua alemana las literaturas multiculturales; por ejemplo, la literatura turcoalemana ha llegado a los niveles más altos, cuyas raíces se encuentran el la literaturas de la migración de la década de 1960. Un autor de origen turco como Feridun Zaimoglu pertenece al conjunto de autores jóvenes contemporáneos más importantes en lengua alemana. También representantes de las literaturas multiculturales son Wladimir Kaminer o Rafik Schami, considerados de importancia dentro de la literatura contemporánea en alemán.
Uno de los poetas más importantes desde finales de la década de 1980 es, además de Marcel Beyer, Durs Grünbein y Uwe Kolbe, sobre todo Thomas Kling (1957-2005), que con su estilo a menudo fonético ha sabido dar un acento vivificador en la poesía.
Autores contemporáneos importantes de novela son entre otros Thomas Brussig, Dietmar Dath, Daniel Kehlmann, Martin Mosebach, Ulrich Peltzer, Ingo Schulze, Uwe Tellkamp y Juli Zeh; entre los autores de teatro Albert Ostermaier, Moritz Rinke o Roland Schimmelpfennig.

NORTEAMERICA La novela negra. El género de la novela negra o policiaca vive un período de esplendor en torno a mediados de siglo, ayudado en parte por la influencia del cine negro de Hollywood. Estas novelas, de tipo realista, se caracterizan por mostrar el lado oscuro de la sociedad, y están protagonizadas por detectives escépticos, duros y, en general, poco heroicos. Los principales cultivadores del género son Dashiell Hammett (1894-1961), autor de Cosecha roja y El halcón maltés, y Raymond Chandler (1888-1959), creador del detective Philip Marlowe, con Adiós, muñeca y sobre todo El sueño eterno. También destaca la escritora Patricia Highsmith, (1921-1995), con novelas policiacas de atmósferas opresivas, en las que lo cotidiano se torna progresivamente en algo amenazador. Entre sus novelas más representativas figuran Extraños en un tren, adaptada al cine por Alfred Hitchcock, A pleno sol, primera de una serie de cinco libros dedicados al personaje de Tom Ripley, Ese dulce mal y El diario de Edith.
La generación «beat». Sus miembros tuvieron como maestro a Henry Miller (1891-1980), autor de novelas autobiográficas de brillante estilo y acentuados elementos eróticos. Escribió Trópico de Cáncer, Trópico de Capricornio y La crucifixión rosada, trilogía formada por Sexus, Plexus y Nexus. Situados en torno a los años cincuenta, los escritores de la generación beat son inconformistas y rebeldes, y anticipan movimientos socioculturales de los años sesenta. Son partidarios de la máxima libertad, tanto personal como artística, y dan gran importancia a la música jazz y a las drogas. Los narradores más destacados de la generación son Jack Kerouac (1922-1969), que En el camino relata una vida itinerante y caótica, y William Burroughs (1914-1997), con novelas centradas en el consumo de drogas (Yonqui, El almuerzo desnudo).
La narrativa judía cuenta con grandes figuras, como el emigrado Isaac Bashevis Singer (1904-1991), premio Nobel en 1978, que describe en tono realista y lleno de religiosidad las tradiciones judías y los avatares de los judíos pobres emigrados en obras como El Spinoza de la calle Market; o los autóctonos Saul Bellow (1915-2005), autor de Carpe diem y premio Nobel de 1976; Bernard Malamaud (1914-1986); Philip Roth (1933), autor de El lamento de Portnoy, caricatura de una típica familia judía americana, y Pastoral americana; o Joseph Heller (1923-1999) y su sátira militar Catch-22.
La narrativa negra, en cuyos autores predomina la problemática racial. Ralph Ellison (1914-1994) cuenta en El hombre invisible el progresivo desencanto del protagonista negro. Otros autores destacables son James Baldwin (1924-1987) y Toni Morrison (1931), autora de La canción de Salomón, Paraíso y Beloved. Morrison obtuvo en 1993 el premio Nobel.
Los novelistas sureños reflejan la falta de esperanza de las pequeñas ciudades del sur, como Carson McCullers (1917-1967) en La balada del café triste, o la esclavitud y la violencia, como William Styron (1925) en Las confesiones de Nat Turner. Las grandes dotes narrativas y la elegancia de su prosa han convertido a Truman Capote (1924-1984) en uno de los novelistas estadounidenses más famosos de la segunda mitad del siglo XX. Con su novela A sangre fría inició un nuevo estilo literario: la novela documento, precedente del nuevo periodismo. En ella se describe el asesinato de cuatro miembros de una familia en un pequeño pueblo del sur, con técnicas propias de la narración periodística. Otras obras suyas dignas de mención son Color local, El arpa de hierba, Desayuno en Tiffany's y Música para camaleones.

INGLESA los escritoras tradicionales son Ivy Crompton-Burnett (1884-1969), exploradora de infiernos domésticos (Criados y doncellas, 1947), y Jean Rhys (1894-1979), que en Ancho mar de los sargazos (1966) recrea unos personajes de Ch. Brönte. Otro novelista conservador en forma y fondo es Evelyn Waugh (1903-1966) en sus numerosas obras, como Retorno a Brideshead (1945).
George Orwell (1903-50) utiliza la novela para criticar el totalitarismo estalinista en Rebelión en la granja (1945), protagonizada por animales, y en la terrible visión del futuro 1984 (1948). Otra novela de denuncia del estalinismo es El cero y el infinito (1940), de Arthur Koestler (1905-1983).
Grahan Greene (1904-1991) es uno de los más importantes autores de posguerra por habilidad narrativa y problemática ético-religiosa (El poder y la gloria, 1940; El americano tranquilo, 1955).
Malcom Lowry (1909-1957) trazó en su famosa novela Bajo el volcán (1947) el retrato de un alcohólico, de resonancias autobiográficas.
Lawrence Durrell (1912-1990) es autor del Cuarteto de Alejandría (1957-1960), conjunto de novelas ambientadas en la ciudad egipcia cuyas tramas se van cruzando.
William Golding (1911-1993) analizó en El señor de las moscas (1954) el salvajismo que late bajo la racionalidad humana.También la lucha entre el bien y el mal centra en clave de fantasía El señor de los anillos, gran éxito de J. R.Tolkien (1892-1973).
Más adelante surgen algunos novelistas próximos al tono de protesta de los «jóvenes airados» (ver t82), como Kingsley Adams (1922), que con Jim, el afortunado (1954) satiriza el mundo universitario, y Alan Sillitoe (1928), que analiza la toma de conciencia de obreros y marginados en Sábado por la noche y domingo por la mañana (1958) y La soledad del corredor de fondo (1959).
Un éxito tardío han tenido Anthony Burgess (1917) con La naranja mecánica (1962) y John le Carré (1931) con sus novelas de espionaje, como El espía que surgió del frío.
Entre los autores más jóvenes destacan J. Barnes (1946), I. McEwan (1948), G. Swift (1949) y K. Ishiguro (1954).
FRANCIA  la inmensa mayoría de los autores del siglo XX en Francia se caracterizan por no pertenecer a ningún movimiento definido ni a ninguna escuela, una tendencia que será más marcada según avanza el siglo.
Bajo los ideales aristocráticos del antiguo régimen (el "honnête homme"), el espíritu nacionalista de la Francia post-revolucionaria, y la generalización de la enseñanza pública y gratuita a partir de la Tercera República y en la Francia contemporánea, los franceses han llegado a tener una profunda conexión cultural con su herencia literaria. Hoy, las escuelas francesas enfatizan el estudio de las novelas, el teatro y la poesía (a menudo aprendida de memoria). Las artes literarias son apoyadas por el Estado y los premios literarios son noticias importantes. La Academia Francesa y el Instituto de Francia son importantes instituciones lingüísticas y artísticas en Francia, y la televisión francesa retransmite programas sobre escritores y poetas (el programa más visto en la historia de la televisión francesa fue Apostrophes, un programa semanal de entrevistas y debates sobre literatura y arte). Los temas literarios importan mucho a los ciudadanos franceses y tienen un importante papel en su sentido de identidad.


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